Sacramento de la Reconciliación

EL SIGNIFICADO DE LA PENITENCIA

Quienes se acercan al sacramento de la Penitencia reciben, por la misericordia de Dios, el perdón de las ofensas hechas a Él y, al mismo tiempo, se reconcilian con la Iglesia, a la cual han herido con el pecado y que coopera a su conversión con la caridad, el ejemplo y la oración.[1]

Se le llama sacramento de la conversión porque realiza sacramentalmente la llamada de Jesús a la conversión[2], el camino de regreso al Padre[3] del cual nos hemos alejado con el pecado.

Se le llama sacramento de la Penitencia porque consagra un camino personal y eclesial de conversión, arrepentimiento y satisfacción del cristiano pecador.

Se le llama sacramento de la confesión porque la acusación y confesión de los pecados ante el sacerdote es un elemento esencial de este sacramento. En un sentido profundo, es también una “confesión”, es decir, reconocimiento y alabanza de la santidad de Dios y de su misericordia hacia el hombre pecador.

Se le llama sacramento del perdón porque, a través de la absolución sacramental del sacerdote, Dios concede al penitente “el perdón y la paz”. […]

Se le llama sacramento de la Reconciliación porque otorga al pecador el amor de Dios que reconcilia.[4]

PREGUNTAS FRECUENTES

  1. ¿Puedo ser siempre perdonado?

2. ¿Debo confesarme solo con un sacerdote?

3. ¿Cuál es el principal fundamento bíblico de la Confesión?

4. ¿Es válida la confesión hecha a un laico?

5. ¿En qué forma se desarrolla la Confesión?

6. ¿Están previstas confesiones “comunitarias”, absoluciones “generales” o “colectivas”?

7. ¿Cuál es el lugar de la Confesión?


[1] Concilio Ecuménico Vaticano II, Lumen gentium, 11; citado en el Catecismo de la Iglesia Católica, 1422.

[2] cf. Mc 1,15

[3] cf. Lc 15,18

[4] Catecismo de la Iglesia Católica, 1423-1424

Las respuestas las encontraras en Guía practica para una buena confesión