Encuentro de oración previo a la ceremonia de envío de Ministros Extraordinarios de la Sagrada eucaristía.

El día Sábado 19 de Julio del 2025

Mensaje del Padre Álvaro Rocabado G. sdb: “Ser ministros de la Eucaristía: más que una tarea, una vocación”El Padre Álvaro Rocabado G. sdb ofreció una profunda reflexión dirigida a los fieles que se preparan para asumir el ministerio de Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión. Su mensaje no solo instruye, sino que conmueve e ilumina la dimensión espiritual de este servicio.

Vocación, no solo función

Más que cumplir una tarea litúrgica, ser ministro extraordinario de la Eucaristía es asumir una vocación de servicio. Es una misión que nace del corazón, arraigada en la fe y que representa una invitación a ser testigos de la presencia real de Cristo en medio del pueblo.

Misión confiada por la Iglesia

El padre enfatiza que este ministerio es una responsabilidad confiada por la Iglesia, en comunión con el Obispo diocesano. No se trata de un privilegio ni de una acción personal, sino de un llamado que exige coherencia de vida, testimonio y compromiso cristiano.

Llevar a Cristo en las manos y en el corazón Cada gesto realizado por el ministro debe ser fruto de una profunda vida espiritual, que incluye adoración eucarística, confesión frecuente y oración constante.

La frase “No puedes llevar al Señor a otros si no lo llevas primero en ti mismo” resume el espíritu del mensaje.

Humildad y discreción en el altar

El padre advierte contra el protagonismo y recuerda que el rol del ministro es humilde, discreto y reverente, al igual que los discípulos que repartieron los panes bendecidos por Jesús. No se entrega algo propio, sino el don más sagrado que la Iglesia custodia.

Visita a los enfermos: comunión con ternura

Uno de los gestos más sublimes es llevar la Eucaristía a los enfermos. Esto se convierte en un verdadero “sacramento de ternura”, donde el ministro no solo ofrece el Cuerpo de Cristo, sino también consuelo, paz y esperanza. Se es instrumento de amor que abraza al más necesitado.

Invitación

El padre culmina con una invitación: vivir este ministerio con humildad, fidelidad y alegría, reconociendo que será una marca indeleble en la vida cristiana de quienes lo reciben. Como dijo: “Señor, no soy digno… pero tú me has llamado. Aquí estoy para servirte.”