
La figura de Juan Bautista es fundamental en la tradición cristiana, conocido como el precursor de Jesucristo.
Su natividad, celebrada el 24 de junio, es un evento significativo que marca el inicio de su vida y misión profética.
Orígenes y Natividad Según el Evangelio de Lucas, Juan Bautista nació de Zacarías e Isabel, una pareja anciana que había sido estéril durante mucho tiempo.
La concepción milagrosa de Juan fue anunciada por el ángel Gabriel, quien le dijo a Zacarías: “No temas, Zacarías, porque tu oración ha sido oída, e Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Juan” (Lucas 1:13).
Esta noticia no solo fue un alivio para Zacarías e Isabel, sino que también simbolizó la llegada de un nuevo tiempo en la historia de la salvación.
El Anuncio de su Nacimiento
El relato de su nacimiento está lleno de significado. Cuando Isabel, su madre, visitó a María, la madre de Jesús, el niño Juan saltó en su vientre, reconociendo la presencia del Salvador incluso antes de nacer. Lucas 1:41 dice: “Y aconteció que cuando oyó Isabel el saludo de María, la criatura saltó en su vientre; e Isabel fue llena del Espíritu Santo”. Este momento resalta la conexión especial entre Juan y Jesús, estableciendo a Juan como el precursor que prepararía el camino para el Mesías.
La Vida y Misión de Juan Bautista
Juan Bautista es conocido por su vida austera y su mensaje de arrepentimiento. Su ministerio se centró en la predicación del arrepentimiento y la preparación para la llegada del Reino de Dios.
En Mateo 3:2, se le describe diciendo: “Arrepentíos, porque el Reino de los cielos se ha acercado”. Juan no solo bautizaba en agua, sino que también anunciaba el bautismo en el Espíritu Santo.