Hoy celebramos con alegría y gratitud su aniversario presbiteral, un momento especial que nos invita a reflexionar sobre su entrega y dedicación al servicio de Dios y de nuestra comunidad parroquial María Auxiliadora.
En la espiritualidad Salesiana, recordamos las palabras de Don Bosco: «Educar es un acto de amor». Su labor como pastor, educador y guía espiritual ha sido un fiel reflejo de este principio.
A través de su ejemplo, ha sembrado amor, esperanza y fe en cada uno de nosotros, ayudándonos a crecer en nuestra relación con Dios y entre nosotros.Su constante presencia, su escucha atenta y su compromiso con los jóvenes y las familias nos inspiran a seguir construyendo una comunidad unida en el amor de Cristo.
Le deseamos que el Señor le colme de bendiciones en este nuevo año de ministerio. Que la alegría de Don Bosco y María Auxiliadora lo acompañen siempre en su camino y que continúe siendo un faro de luz y esperanza en nuestra parroquia.
