Un testimonio de fe y compromiso

Un testimonio de Fe y compromiso , conociendo al Padre Ivan Mamani

En esta ocasión, recordamos el inspirador testimonio del Padre Iván Mamani, un destacado miembro de la comunidad salesiana y actual Director General de la obra salesiana del Don Bosco en Santa Cruz. Con 49 años de vida y 19 años de trayectoria en el sacerdocio, el Padre Iván ha dedicado su ministerio a acompañar y formar a jóvenes, niños y adolescentes, fundiendo su profunda formación académica con una activa participación en la vida comunitaria.

Desde 1994, el Padre Iván ha estado comprometido con la educación y el apostolado, aplicando el método que Don Bosco legó a sus seguidores: la cercanía. Este enfoque, basado en el contacto directo y el acompañamiento espiritual, permite establecer vínculos significativos con los jóvenes, quienes responden positivamente a la atención y el apoyo de un educador presente. En una reciente entrevista, al ser preguntado sobre su cargo, el Padre Iván afirmó con convicción:

 “Actualmente, soy el Director General de la obra salesiana del Don Bosco de Santa Cruz.”

Al compartir su experiencia, enfatizó lo esencial que ha sido para él combinar el estudio, la vida en comunidad y el apostolado. Refiriéndose a su vocación, declaró:

 “Desde 1994, he estado acompañando a jóvenes, combinando estudio, vida en comunidad y apostolado. Esta vocación de educador debe estar siempre acompañada por el sacramento de la presencia en medio de los jóvenes.”

El Padre Iván también remitió un mensaje alentador a otros educadores, subrayando que:

“El estilo de Don Bosco siempre será una novedad al momento de entrar en contacto con los jóvenes. Estar en medio de ellos es garantía de nuestro deseo de acercarlos a Jesús.”

Su compromiso y dedicación son un ejemplo a seguir para todos aquellos que trabajan en la educación y formación de las nuevas generaciones. El legado del Padre Iván Mamani no solo impacta a los jóvenes de su comunidad, sino que también inspira a otros educadores a seguir el camino de la cercanía y el acompañamiento, consolidando así una comunidad de fe y servicio que enriquece el espíritu y la vida de quienes lo integran.